martes, 13 de noviembre de 2018

CAOS Y MUERTE EN EL PANTANO

Tras mucho deambular por los pantanos, las fuerzas unidas de skaven y fimires llegan hasta las cercanías del poblado goblin. Los centinelas ya han alertado de la llegada de los invasores, por o que los goblin han podido desplegarse. En el centro forman los guerreros de la aldea, y a sus lados los snotling y arqueros para recibir a los atacantes con dardos. Los enanos del caos de Haegor se disponen en el ala izquierda listos para enfrentarse a los fimires.


EL shaman goblin, Pityful, lanza su letanía de guerra para fortalecerse.


Skeege y sus ratas lanzan horribles alaridos y chillidos.


Haegor está ansioso por entrar en batalla con sus ballesteros. ¡Más almas para los dioses del caos!


Y los fimires, desesperados tras perder a su bruja, están frenéticos. Tal vez en este pantano tengan algo de esperanza después de todo...


Los skaven rápidamente se avalanzan sobre los goblin que disparan sus flechas. Pero el avance decidido de las ratas obliga a huir a los hostigadores goblin.



Los enanos del caos, tras una salva de flechas reciben a los fimires y traban combate. Haegor lucha mano a mano con el warlord fimir.

Tras la embestida, los enanos logran imponerse y comienzan a repeler a los fimires gracias a su disciplina y sangre fría. Aún así, los fimires causan bastantes bajas y Haegor es herido de gravedad.


Las ratas atacan a los snotling del centro que no han cesado de disparar su mortíferos dardos con sus arcos cortos. El mismo Skeege dirige el ataque. Aunque los snotling están dirigidos por un jefe goblin y son abrumadoramente superiores en número, no logran sujetar el empuje de las ratas, mucho más hábiles en combate.


También los guerreros goblin se traban en combate. Un goblin no es un gran guerrero, pero siempre es mejor que un snotling. Y también el regimiento de goblin es muy numeroso, por lo que se van a ir imponiendo a los skaven poco a poco.


El brujo Pitiful decide conjurar un hechizo de vuelo para ir a reagrupar a los escaramuceadores que están en retirada.


Los Goblin finalmente vencen a las ratas que huyen como... ¿ratas!



Pero a su vez el centro se rompe y los snotling huyen despavoridos.


Haegor y los fimires van como el campo se está quedando vacío. Ambos bandos huyen o persiguen y casi sólo quedan ellos luchando. Haegor está exhausto y malherido. Y los fimires perciben la luz creciente del sol del amanecer que empieza a filtrase entre los árboles. LOs fimires se desorientan y temen a la luz del día.

Haegor, en un respiro, ofrece un pacto de tregua. ¡Al fin y al cabo esta no es su guerra! Las dos bandas de mercenarios se retiran cada uno por su lado para pensar en lo que pintan en este feo asunto entre goblin y skaven.


Skeege persigue a los snotling y sale del tablero pensando que ha sidop una gran victoria. Nada sabe de que el resto de su ejército está también huyendo...


Los guerreros goblin persiguen a los skaven gritando jubilosos y embriagados por la victoria...


Los fimires se alejan para ocultarse del sol y continuar en otro momento su gesta...


Haegor abandona el campo y regresa a las montañas...



EPILOGO:

El combate en un bosque cenagoso ha sido muy confuso. Goblin, snotling y skaven no son las mejores tropas en cuanto a disciplina y aguante. Ambos bandos han huido y perseguido mutuamente dispersándose por el cenagoso bosque.

En la persecución, muchos skaven perecerán. Estos bosques son peligrosos. Skeege pronto se dará cuenta de que, aunque se crea victorioso, no es capaz de encontrar a la mayor parte de sus skaven, dispersos, perdidos y desorientados. Muchos morirán en los próximos dias con el acecho de goblin y snotling, que conocen mejor estos bosques. Skeege debe retirarse y pensar cómo va a salir de este aprieto ahora que ha desperdiciado todas sus fuerzas.

Pitiful, el brujo goblin, tampoco tiene motivos para estar contento. Ha perseguido a los skaven durante toda la mañana. Pero su tribu está totalmente incontrolada. Muchos snotling y goblin han huido y están desperdigados por los bosques. Muchos han huido lejos. Otros han formado pequeñas bandas de desertores y se dedican a atacar a los skaven errantes por el bosque. Muchos decidirán emigrar del bosque abandonando a Pitiful para formar bandas de saqueadores.
Pitiful va a tener problemas para recuperar su liderazgo. Y no ha de olvidar a los mercenarios de Janophrontus, que se la tienen jurada tras la derrota en la batalla del molino.

Los fimires seguirán con su cruzada mortal en busca de una bruja.

Y Haegor desde las montañas seguirá sembrando el terror y formando un verdadero ejército del caos.

En definitiva, todos los contendientes han recibido un duro castigo y no han obtenido ningún beneficio de esta absurda aventura en los pantanos.

Pero esta agitación difícilmente habrá pasado desapercibida para otros poderes y habitantes de esta región en las estribaciones de las montañas negras.

Ya veremos que sucede a continuación...

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