lunes, 5 de junio de 2017

TIERRA QUEMADA

Con el invierno ya en sus postrimerías, los pasos de montaña permiten el acceso de exploradores orcos a los valles. Y las primeras incursiones de pillaje suelen dar paso a invasiones en toda regla en busca de botín y ejercicio para los músculos verdes. Mejor ejercitarse masacrando a humanos que arriesgarse a comenzar revueltas y guerras civiles en las montañas.

Así pues este caudillo orco ha movilizado a toda su hueste para cruzar el río que da acceso al valle y saquear las granjas aledañas como base de lanzamiento para invadir el bosque de los elfos.

Los elfos, poco inclinados a ayudar a los humanos, no hacen sino defender su territorio fuera de los bosques. Si hay que luchar, que la tierra quemada sea la de los humanos. Su particular "levensraum".

Los señores de la guerra, Ángel, Fernando, Alberto y David se han reunido en el Club Dragón de Madrid, para seguir de cerca esta carnicería al viejo estilo "Oldhammer".

1000 ptos por cada bando siguiendo las listas de Warhammer armies y jugando con la 3ª edición de Warhammer que usamos desde hace aproximadamente 30 años


El ejército orco está alineado listo para cruzar el río:


Los elfos se preparan para el combate:


La caballería élfica hace ondear el estandarte lista para tomar la iniciativa.


Los elfos cabalgan contra los escaramuceadores orcos que ya están atacando una granja:


Los goblin, cobardes por naturaleza huyen ante la embestida élfica:


Los orcos disparan sus dardos contra los elfos. Pese a su escasa disciplina y puntería harán una verdadera escabechina entre las filas de los caballeros élficos


Sólo han quedado el general y su portaestandartes. Todos los elfos han caído en la carga:
 

Hordas de snotlings toman un flanco y se escabullen listos para saquear una granja:



En el flanco contrario, no hay impedimento al avance de los escaramuceadores goblin. Los granjeros huyen hacia los bosques.


Cuando menos lo esperan los elfos, por la retaguardia de sus filas aparecen jinetes orcos montados en feroces jabalíes salvajes. Los orcos han debido encontrar un paso escondido que rodea el valle y atacan por la retaguardia.



Mientras el frente de la batalla resuena al fondo, los goblin se dedican a saquear las granjas de las orillas del río:


Los elfos encaran la embestida por retaguardia. Aquí está la clave de la batalla. La carga de las bestias orcas es brutal. El ímpetu de un jabalí enfurecido es difícil de detener.


Valientemente pero con poca cabeza, el general elfo se enreda en un combate con arqueros orcos. Con gallardía pelea y hace retroceder a los orcos que le rodean, pero toda la caballería está perdida y su general y estandarte están muy lejos de la verdadera batalla.


Los elfos resultan rodeados y deben luchar desesperadamente. Pese a su pericia en combate y valentía, el tiempo termina por decantar la balanza en favor de los orcos que terminan masacrando a la unidad élfica.



El pánico cunde en el flanco izquierdo élfico y otra unidad huye pensando que está todo perdido. EL general elfo, tras desbandar a los arqueros orcos trata de regresar a poner orden.


La última unidad elfica, con gran resolución carga contra los goblins intentando ganar tiempo para ordenar la huida del resto de sus compañeros.


 Para los elfos parece que todo se ha complicado. La estratagema de los orcos enviando sus jabalíes por retaguardia ha sido devastadora. Nadie podía esperar esta coordinación y estrategia de los orcos.

Ahora queda frenarlos en terreno élfico sin descuidarse y sin fiarse de estos enemigos que han demostrado ser capaces de la mejor estrategia.

Tal vez los orcos se conformen con devastar las tierras de los humanos. Al fin y al cabo tampoco han logrado la victoria sin graves pérdidas.