viernes, 22 de agosto de 2014

Sesión de pintura vieja escuela.

Normalmente pintar figuras suele ser una actividad llena de contradicciones. Por una parte es placentero y relajante ya que mientras estás pintando te olvidas de todo lo demás. Pero al tiempo suele ser estresante la obsesión por pintar todas las figuras que se necesitan para las partidas. Pintar 40 goblins o 100 fusileros de linea puede resultar una tarea un poco tediosa. Y la tarea suele abordarse pintando varias figuras de una tacada con la presión y el deseo de terminar cuanto antes. Es puro masoquismo, pero al terminar te invade una satisfacción enorme. Y ver que tus unidades y ejércitos van creciendo es un placer inefable.
Hay quien opina que es una pérdida de tiempo. Tal vez. Pero ver la televisión después de comer o jugar al ordenador, actividades muy comunes en el ser humano, sí que es una pérdida de tiempo. Y al final de la sesión no queda nada. Al menos después de cada sesión de pintura quedan las miniaturas pintadas.

Pero hoy voy a sentarme plácidamente a pintar una sóla figura. Y además una figura que no necesito para ninguna partida.

Y lo voy a hacer metódicamente y fotografiando su evolución. Como en los artículos con los que aprendí a pintar (y no embadurnar) las figuritas citadel que aparecían en los antíguos números de White Dwarf.

El elegido es este arquero. Una figura de aspecto "vieja escuela".

Lo primero, después de limpiar la figura y pegarla a la base es la imprimación. Existen dos escuelas de imprimación con diversas herejías. La del blanco y la del negro. (hay retorcidos desviados que impriman en gris o cosas más insanas.)

El blanco es verdad que resulta más luminoso y que colores como el amarillo o el rojo, que suelen ser más transparentes, son más fáciles de aplicar.
Pero el negro, para mí tiene enormes ventajas. Primero que yo pinto sin llegar a cubrir toda la superficie. Sino que entre los límites de las partes de la figura o entre color y color dejo una pequeña linea fronteriza en negro que evita tener que delinear en negro después. Y es más fácil. Recordad que a los niños al pintar una figura plana, lo que les cuesta es ceñirse al borde sin salirse. Pintar lo de dentro sin tocar el borde es fácil. Pues lo mismo me pasa a mí. me adelanto un poco para mostrar lo que digo: Entre cada parte de la figura dejo un borde negro. Es más fácil y evito "pasarme". Además sirve de sombra y remarca los detalles. 
Otra ventaja. A veces el detalle de la figura no es bueno. Pues cualquier cosa que no sepamos pintar o que no se vea bien el detalle, si queda en negro no se ve. 
Y el problema de los amarillos y los rojos yo lo soluciono pintando de ocre y marrón respectivamente antes de dar el color. Además es útil pintar de un color más oscuro y luego pintar encima los brillos.

Bueno, pues después de esta disertación enormemente interesante e instructiva, queda claro que imprimamos en negro en contra de la opinión de los más reputados y ortodoxos especialistas. 


Lo primero pintarle la cara y las manos. Suele ser un buen consejo pintar las partes más bajas e ir subiendo con los ropajes e impedimenta como si lo vistieras. A mí me gusta pintar la cara completa. Incluso los ojos ya que así la figura cobra vida. El negro ayuda a este efecto.

Pinto la cara y manos de color marrón pálido terroso.


Un lavado naranja y un retoque más claro en nariz, pómulos y barbilla. Suele ser necesario (esta vez no) retocar los labios con un rosa.
Para los ojos hago una vez más una cosa heterodoxa. No pinto el ojo de blanco y pongo un punto negro.
Pinto el ojo de negro (bueno ya está negro por que al pintar la cara evito los ojos).
Y pongo dos puntos blancos a los lados de lo que será la pupila.

(Esto suena muy raro, pero el psiquiatra me ha dicho que no es grave y que si a mí me resulta más fácil así, que lo siga haciendo.)


Siguiente paso. En realidad este debería ser el primer paso, pero como tengo la manía de pintar primero la cara para poder tratar de tú a tú a la figura...

Pincel seco plateado a todas las partes metálicas. Una vez más se revela la ventaja de imprimar en negro. Imprimando en blanco, todas estas zonas (que son la mayoría de la figura en los medievales y antiguos o fantásticos) hay que pintarlas, mientras que en negro ya están pintadas.



Y pintamos cada parte de la figura con su color base. En este caso he sido muy conservador. Un elfo..., ya¡, pues capa verde. El arco... marrón. Vamos que no es momento de sacar del vestidor los modelitos Ágata Ruiz de la Prada.




Generalmente suelo pintar esta base de color siempre en un tono un poco más oscuro que el color deseado para después ir pintando encima más claro hasta sacar las luces a la figura. Pero hoy, siendo un ejercicio de nostalgia y homenaje a las viejas páginas de White Dwarf, emplearé tintas.
Las tintas no son algo que me emocione. Pero Citadel las vendía en su Expert Set. Y ¿Quien no quere ser un experto?
 Las tintas tienen a favor que le dan un brillo muy bonito al color y que en superficies muy esculpidas y con mucho relieve se depositan en el fondo y queda muy bien como sombreado.
Pero dejan al secar unos horribles cercos y no siempre oscurecen lo que deben. En el caso de esta capa del elfo, para que la tinta no escurra hay que dejarla secar con la figura tumbada o no todos los pliegues de la capa mantienen la tinta. En su día probé a hacer lavados con la pintura diluida en alcohol, que seca casi al instante y no escurre. De todos modos el color base se queda un poco estropeado y manchado. Pero como hay luego que pintar los brillos no importa demasiado.

Si voy a pintar al "por mayor" yo no uso tintas ni nada que se le parezca. Con el borde en negro que dejo al pintar sobre la imprimación me basta.


Finalmente repasamos cada parte con el color base y después con unos, dos o hasta tres tonalidades más claras. Hasta casi llegar al blanco remarcando las partes de los bordes, partes más altas y allá donde debería haber un brillo al darle la luz.


El filo o aristas del arco las pinto más claras, cada pliegue de la capa. Cada mechón del pelo (uno a uno. no es tanto tiene sólo 7 mechones. Son unos 7 segundos)




Así de bonita queda. Otras 50 y ya tenemos una buena partida de elfos.

Ha resultado agradable la sesión. No creo que descubra nada nuevo. Ni siquiera creo que sea una buena explicación ni que sea didáctica. Hoy hay cientos de guías de pintura en revistas o en la red. Pero hace 30 años no era así. Todo esto había que aprenderlo de la nada a base de prueba y error. Cada consejo era un tesoro. El pincel seco. Era algo así como la piedra filosofal. Cada ejemplar de White Dwarf era manoseado y revisado como si de la palabra revelada se tratara. Y las tintas resultaron pura alquimia. Hablaban de técnicas como el "Blending" que yo siempre asocié al "Blended Scotch Whisky". 
Hoy ves las revistas y las figuras están pintadas 10E3 veces mejor. El aerógrafo está al orden del día y entonces era un artículo de lujo  inalcanzable.
Pero no hay nada como una figura pintada a mano y con estas técnicas antiguas. Por ejemplo las que pintan en los catálogos de Wargames Foundry son maravillosas. (Igual que sus figuras)

Eso es todo amigos.

miércoles, 20 de agosto de 2014

WHFB: un poco de historia.

En el club, jugando la batalla del paso del río Urul, mucha gente veía el reglamento de WHFB (erd ed.) y comentaba: ah, la primera edición de WHFB...

Error.

Es la tercera.

La primera edición data de 1982. Los autores son Rick Priestley, John Blanche, Bryan Ansell, and Richard Halliwell. La edición era en caja con tres libretos al estilo de los juegos de rol que se estilaban entonces.

No existía el viejo mundo ni el trafondo que es habitual en WH. Sólo unas reglas de fantasía mucho más enfocadas al rol  que a batallas.







En el interior texto sin imágenes apenas. El sistema de warhammer estaba ahí, con su Weapon skill, sus salvaciones, etc. Y desde 1982 poco ha evolucionado en su esencia. Lo que sí ha evolucionado es en apariencia, desde luego.


 La segunda edición apareció anunciada en el White Dwarf nº 61 en 1985:




Para esta segunda edición se lanzaron varios suplementos. Ravening Hordes eran las listas de ejércitos.



Y la tercera edición, a juicio de muchos la más completa, (aunque la más compleja para jugar) apareció en 1987.
En el mismo libro están todas las reglas necesarias. Hay máquinas de guerra, magia, formaciones, incluyendo testudos, tercios, cuñas, etc. Reglas de edificios, bestias voladoras, despliegue, flanqueos, etc.
Además incluye una sección describiendo el mundo del viejo mundo.

Apareció un listado de ejércitos (perfectamente prescindible) conocido como warhammer armies y un volumen para reglas de asedios, warhammer siege (aún más prescindible).


Cuando apareció WHFB 3rd ed, GW ya era una máquina de hacer dinero y tenía en nómina a ilustradores y artistas que vestían sus productos con las mejores imágenes capaces de cautivar a cualquier "friki" aficionado a la fantasía.


En lo personal, Warhammer detuvo el reloj del tiempo para un servidor en 1989.

Y es que los años 80 MOLAN:








lunes, 18 de agosto de 2014

Batalla del paso del Urul (2)

Los enanos ocuparon posiciones bloqueando el puente nada más despuntar el día sabedores de que cada minuto de resistencia en este punto clave era vital para permitir organizar la defensa en las minas.
Los "troll slayer" comenzaron a prepararse para la batalla.

Los ballesteros se desplegaron en orden abierto y subieron a la colina que domina el valle para poder disparar desde allí.


Los primeros orcos aparecen. Orcos montados en jabalíes y goblin armados con arcos

Más orcos. Si logran cruzar el puente todo estará perdido.

Encabezando el ejército orco caminan dos terroríficos trolls.


Por fortuna los ánimos no están muy ordenados en las filas de orcos. Los gritos e insultos que se oían desde el puente pronto se descubrió que no iban dirigidos a los enanos. Orcos y goblin traían ya una disputa desde el campamento y a la mínima se enzarzaron en un combate entre ellos. Lo inesperado y absurdo de la escena impidió que los enanos se pudieran solazar contemplando cómo sus enemigos se zurraban entre ellos.

Al otro lado del campo, la gresca interracial tenía su continuación. Los orcos montados en jabalíes volvieron grupas y cargaron contra los goblins. A su vez, otros goblins se solidarizaron con sus hermanos y atacaron por el flanco a los orcos. Burukor no podía creérselo. Prácticamente todo su ejército estaba matándose entre sí mientras los enanos miraban atónitos.

Las cosas se ponían muy feas para Burukor. Los goblin en el flanco izquierdo huyen del campo y los jinetes orco también se marchan en su persecución. Su tropa de élite, los orcos montados desertan por perseguir a los goblins.

Los troll, salvando su estupidez y en un destello de oportunidad, ignorantes a todo, cruzan el puente y son recibidos a la carga por los enanos.


Los troll son rechazados del puente. Pero parece que la disciplina en las filas de Burukor vuelve a la normalidad. (Aunque la normalidad suele ser la gresca)


Pero los enanos se han aventurado demasiado en su ímpetu y son contestados al borde opuesto por los trolls al contraataque apoyados por orcos.

Los enanos pierden los nervios por la bajas sufridas y emprenden la retirada. La retaguardia se dispone a frenar el cruce del río que ahora está desguarnecido.

Los orcos aprovechan la vacilación de los enanos y logran cruzar un fuerte contingente de tropas: trolls orcos y una horda de snotling que aprovechan y se cuelan por el puente.

En el otro extremo del campo, los goblin que han sobrevivido a la matanza fratricida intentan encontrar el vado. Mientras un grupo de arqueros goblin se sube a una colina para castigar a los enanos que protegen la orilla opuesta.
Las flechas van a causar un enorme daño a los enanos por más que los goblin no logran dar con el vado.

Los enanos han logrado hacer huir a los snotling.

los enanos, diezmados por las flechas de los goblin, se retiran para evitar más daños.
 Los goblin aprovechan y cruzan el vado que al fin localizan. 
Los ballesteros, que ha causado numerosas bajas entre los orcos desde su posición de tiro son alcanzados por orcos que atacan en columna.

Girim forma en columna para girarse hacia el enemigo que amenaza su flanco. Intenta formar una fila para cargar, pero la disciplina falla y la columna se mantiene sin ser capaz de organizar el ataque. Hasta los más disciplinados enanos, en el fragor de la batalla pueden perder los nervios.

Los ballesteros están rodeados, pero luchan hasta el fin. Todos son finalmente masacrados.

Los orcos atacan a la tropa de Girim aprovechando la confusión. Girim y uno de los lugartenientes orcos se enzarzan en combate personal.

Las cosas no van nada bien y las bajas entre los enanos son muy altas. La hueste de Girim huye

En el vado, los escasos enanos que han sobrevivido a las flechas goblin son derrotados por los goblin y emprenden la huida.

Los enanos están en retirada y aunque lograran reagruparse es imposible contener a la horda de orcos y goblins. 
¡Todo el que pueda salvarse que corra a las minas!

Esto no es el fin. En el llano han sido derrotados, pero en las minas y en las montañas que es su terreno natural los enanos, por más que en minoría sabrán defenderse con el tiempo ganado.