Cuando salió la 3º edición, en el grupo de jugadores que frecuentaba se habló de jugar una liga. Empecé a montar un equipo de ratas pero no llegué a jugar nunca con él y la gente jugaba con las miniaturas de la caja, de plástico sin pintar... ¿Qué más puedo decir?
Nunca me ha gustado jugar a juegos de miniaturas sin pintar. Rebajarse a jugar a miniaturas sólo se justifica por jugar con maravillas pintadas. Sin las miniaturas, hay miles de juegos de tablero con fichas de cartoncitos que le dan mil vueltas, en cuanto a jugabilidad, a los juegos de figuras.
Y las ratas y el Blood Bowl esperaron en un armario... Hasta hace poco.
Recientemente, juego en casa con mi hijo de 7 años. Y recordé el Blood Bowl.
Lo saqué, jugamos una partida y le encantó. Llegó a decir que era el mejor juego que había jugado en su (corta) vida.
Estos son los últimos fichajes:
Unas ratas para completar el equipo: (Hay tres gnoles infiltrados de impact miniatures y un skaven de fantasy con las armas recortadas)
El equipo al completo:
Si las ratas van a jugar con una rata ogro, habrá que preparar algún monstruo para los otros equipos. Lo primero un troll para los orcos:
Y en camino está ya un ogro para el equipo humano. Vamos a darle duro y seguramente estas navidades jugaremos mucho. ¿Dará tiempo a pintar los enanos y los elfos? ¿Verá un equipo del caos la luz?, ejem... ¿La oscuridad?
Todo puede ser.
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