viernes, 23 de noviembre de 2018

BLOOD BOWL

Tengo una copia de Blood Bowl 2ª edición muerta de risa desde hace más de 20 años. En su día es un juego al que no le dí demasiada atención.
Cuando salió la 3º edición, en el grupo de jugadores que frecuentaba se habló de jugar una liga. Empecé a montar un equipo de ratas pero no llegué a jugar nunca con él y la gente jugaba con las miniaturas de la caja, de plástico sin pintar... ¿Qué más puedo decir?
Nunca me ha gustado jugar a juegos de miniaturas sin pintar. Rebajarse a jugar a miniaturas sólo se justifica por jugar con maravillas pintadas. Sin las miniaturas, hay miles de juegos de tablero con fichas de cartoncitos que le dan mil vueltas, en cuanto a jugabilidad, a los juegos de figuras.

Y las ratas y el Blood Bowl esperaron en un armario... Hasta hace poco.

Recientemente, juego en casa con mi hijo de 7 años. Y recordé el Blood Bowl.


Lo saqué, jugamos una partida y le encantó. Llegó a decir que era el mejor juego que había jugado en su (corta) vida.



Así que ahora estoy pintando jugadores de Blood Bowl y jugando casi a diario. (Los enanos del caos deben compartir tiempo de pincel con los últimos fichajes de Blood Bowl.)

Estos son los últimos fichajes:

Unas ratas para completar el equipo: (Hay tres gnoles infiltrados de impact miniatures y un skaven de fantasy con las armas recortadas)



El equipo al completo:


Si las ratas van a jugar con una rata ogro, habrá que preparar algún monstruo para los otros equipos. Lo primero un troll para los orcos:


Y en camino está ya un ogro para el equipo humano. Vamos a darle duro y seguramente estas navidades jugaremos mucho. ¿Dará tiempo a pintar los enanos y los elfos? ¿Verá un equipo del caos la luz?, ejem... ¿La oscuridad?

Todo puede ser.

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