lunes, 22 de enero de 2018

Duelo a muerte en las ciénagas.

Al fin vamos a estrenar todos los thugs que recientemente han ido pintándose. Tirando de fondo de armario hemos juntado dos pequeños ejércitos del Caos de 1000pts y vamos a darles madera.

Los ejércitos están comandados por dos magos: Vegetius y Ambrosius. 

Amos magos eran amigos y discípulos de un mismo maestro, Aristo, hasta que empezaron a investigar por su cuenta y se aventuraron en la senda del Caos.

Los dos cayeron en las abismales simas de decadencia y odio del Caos y no tardaron en convertirse en enemigos irreconciliables.

Ambrosius buscó la ayuda de un Guerrero del Caos  faoso en la región llamado Lockbrovk y de su banda de medio orcos.

Vegetius encontró el apoyo de una logia del Caos de la región compuesta por beastmen y sanguinarios guerreros y asesinos.

Ambos de han retado a combate en un lugar apartado que no llame la atención a otros poderes del orden y la Ley. Nada mejor para un combate del caos que unas ciénagas en las que sólo los locos y temerarios se atrevan a entrar.


Ambos ejércitos se encuentran. Arriba el ejército de Ambrosius. SUs arqueros medio orcos ocupan una colina en el extremo derecho de su línea.
Abajo el ejército de Vegetius en una línea más compacta y profunda:


El ejército de Amrosius espera la señal de ataque. Al fondo se ven los arqueros en la loma:


El ejército de Vegetius:


Vegetius al frente de sus tropas del Caos:


Lockbrovk y sus "marauder" aliados de Amrosius:


El ataque se inicia y un minotauro y una unidad de thugs de Vegetius se internan en la ciénaga buscando el flanco de Ambrosius. Pronto descubren entre la maleza del pantano algo acechando.
Un Troll vive en esta ciénaga y ha sido molestado. Sin entender nada, el troll defiende su cenagosa morada.

Por fortuna, los trolls son criaturas estúpidas y no hará una defensa muy inteligente limitándose a molestar y golpear aunque de forma idiota y atontada.


Desde la loma de la colina los arqueros medio orcos descargan sus dardos, mientras que una unidad de thugs trepa por la ladera intentando alcanzarlos.

Vegetius lanzará un hechizo de animadversión sobre los arqueros esperando que disparen contra sus propias unidades. Pero los medio orcos no se dejarán confundir.


Todas las unidades de Vegetius toman la iniciativa y atacan al frente. Tras un intercamio de bolas de fuego, los beastmen, dirigidos por Vegetius en persona cargan contra una unidad de thugs en la que se encuentra Ambrosius.


En el pantano el minotauro y los thugs luchan contra el troll. Los trolls son idiotas y la mitad de las veces no luchan quedándose como tontos mirando embobados.  Pero pueden asestar golpes horrorosos o regurgitar ácidos en un destello de lucidez. Y además son oponentes temibles, pues son capaces de regenerar muchas heridas.
La lucha transcurre turno tras turno sin que el troll sea eliminado, regenerando su daño y retrocediendo poco a poco...


Vegetius y Ambrosius se ven las caras. Ambos están reforzados por conjuros de "fuerza de combate". Vegetius reta a Ambriosius en combate singular y los dos hechiceros se traban en la lucha.

Los beastmen, reforzados por su temible estandarte mágico de combate empujan a los aterrorizados thugs de ambrosius. Pero estos no rompen la lucha y aguantan el empuje.


Toda la fila choca en combate...


Finalmente la unidad de marauder de Vegetius sufre un terrible ataque de las picas de los medio orcos y huye en desbandada. Los dioses del Caos ríen en sus infiernos viendo huir a la más aguerrida unidad de Vegetiusen desbandada y siendo despedazados en la huida por las picas de los medio orcos.

En la huida las picas desde detrás persiguen y destrozan lo que queda de la unidad de marauder.


Ver huir a la unidad de élite del ejército es desalentador. Los thugs de su flanco derecho y las tropas del pantano que luchan con el troll pierden los nervios y deciden huir... Esta batalla está perdida. El pánico cunde en las filas de Vegetius.

Para dejar bien claro quien es el vencedor, Ambrosius asesta dos golpes mortales a Vegetius que muere instantáneamente sin ser capaz de usar su magia para curar sus heridas.

Abrosius es el claro vencedor y superviviente de la batalla. Su primera batalla gloriosa y el principio de su ascenso en la senda del Caos...



Batalla muy estilo warhamer de 3a edición. Con choques de combate prolongados en varios turnos, empujes y finalmente una tirada de moral desafortunada que decide la batalla.
En las ciénagas había más monstruos acechando ocultos pero no fueron molestados.
Los trolls siempre resultan idiotas y poco efectivos. Pero matarlo cuesta un horror.
Con ejércitos no muy grandes, usando las reglas de tercera edición hemos concluido la batalla en unas dos horitas y de forma bastante satisfactoria. Sobre todo para los vencedores, claro.

¿Volveremos a tener noticias de Ambrosius? ¡Seguro!

¿Y de Vegetius? ¿Está verdaderamente muerto?

"Que no está muerto lo que yace eternamente. Y con eones extraños incluso la muerte puede morir"
Abdul Alhazred. - Necronomicón.

Estandarte beastmen

Una de las cosas que resulta más satisfactorio encima de la mesa de juego es contemplar las unidades y sus estandartes. Al final, 100 figuras encima de la mesa no dejan de ser un amasijo de tropas sin una forma apreciable.
Pero los estandartes sí son un elemento destacable y colorista. En definitiva las figuras son mejores o peores. Pero el ejército será tan bonito como bonitos y espectaculares sean sus estandartes.

Así que entre tanta figura del caos empieza a ser necesario pintar algunos estandartes.

Habiendo quedado para jugar este domingo, resultaba necesario con urgencia pintar un estandarte. Y este beastman llevando un palo en la mano era perfecto. Se le añadió un escudo en el extremo del palo y unas puntas de lanza saliéndo de él.




Soy un poco manazas pintando y siempre lo hago con prisas. Pero el resultado no es malo. En un papel de acuarela  robado a mi hijo pequeño dibujé una calavera de un beastman con lápiz y empecé a manchar:






Ha resultado fácil. No llega al nivel de excelencia de los estandartes que se veían en las revistas White Dwarf ni las maravillas que rondan por la red. Pero es un estandarte bonito y muiy vistoso en la mesa. 
Me apunto como deeres hacer más estandartes para el ejército del caos.


Caos Thugs

Un par de thugs para engrosar las filas del Caos.



lunes, 15 de enero de 2018

Kegox Dragón de dos cabezas


He tenido el privilegio de pintar una miniatura histórica y magnífica. Una miniatura de aquellas que veía inalcanzables hace 30 años cuando la vi fugazmente en la estantería de una tienda de cómics y juegos de rol de Madrid.
Este es otro de los dragones esculpidos por Nick Biby para Citadel alrededor de 1985-86.
Lo he encontrado anunciado en el Citadel Compendium nº 3:

Anunciado junto con el otro dragón histórico. El Spinned dragon. Probablemente el mejor dragón de la historia.


Aquí lo tenemos en la caja original de cartón con una pegatina en el frente:


 Han sido unas jornadas de pintura duras e intensivas. Pintar este mastodonte no ha sido tan fácil como pensaba. Sin pensarlo mucho ensamblé la figura y le di masilla en las juntas. Preparé una base con unas cortezas de pino haciendo de rocas sobre un trozo de tablex y listo:



Me daba la impresión de que iba a ser fácil y rápido pintarlo. Mucha escama y textura, así que con las tintas sería pan comido. Pero es mucha escama y la figura es grande con lo que fácil sí ha sido. Pero largo y trabajoso.

Aquí está listo con la pintura base. La figura no la pegué a la base hasta el final para poder manipular bien con los pinceles. Aquí está sólo apoyada:


Un baño de tinta verde y algo de agrax en alas, cara y vientre:


Y ahora a currar: Escama por escama a dar brillos. Igual en las alas repasando cada pliegue.


Luego añadir detalles. Y darle pincel seco a las rocas de la base y añadir algo de musgo y césped.




Después del trabajo la satisfacción es inmensa. Es una miniatura impresionante. Los dragones han sido siempre una de las figuras más magníficas para pintar y tener en la vitrina.

martes, 2 de enero de 2018

Caos Thugs. Imprimando en blanco.



Toda la vida he imprimado las miniaturas en negro. Es una vieja discusión la del color de la imprimación. Lo habitual es el blanco. Y es el color más apropiado para que la pintura base quede luminosa y con su color verdadero. El negro oscurece y las pinturas más transparentes, como el amarillo o el rojo no cubren. Entonces sobre negro, el amarillo hay que pintarlo primero de ocre y el rojo de un marrón rojizo.
Pero la gran ventaja que yo veo en imprimar en negro es que no hay que cubrir con color base toda la superficie. Yo dejo siempre un "cerco" negro que sirve de delineación en negro. Además los rincones más intrincados los dejo en negro y no llaman la atención quedando "en sombra".

Como nunca he pretendido pintar obras maestras sino pintar ejércitos de forma rápida y "resultona" el negro me ha resultado muy útil. A veces he recurrido a imprimar en marrón. Incluso muchas veces el marrón suele ser mi opción para pintar caballería en masa.

Últimamente estoy pintando figuras del caos en colores brillantes y he experimentado con imprimación en blanco. Creo que en mi vida habré pintado, que recuerde, dos o tres figuras imprimando en blanco. Frente a miles en negro.

Aquí pongo dos ejemplos:


Imprimación en blanco:

Color base:

Chapuzón de tintas roja y púrpura:


Chapuzón de tinta marrón. (Agrax de Citadel)

Luces y retoques:

Con el blanco en imprimación, resulta indispensable darle un buen sombreado con una tinta oscura. El "Ágrax" de CItadel, aunque caro, es muy bueno. Resulta muy transparente por lo que no ensucia demasiado pero cubre muy bien en los huecos con lo que sombrea mucho y resalta el detalle.

Otro ejemplo:

Imprimación en blanco:

Color base:

Chapuzón de tinta marrón. (Agrax)

Luces y acabado.

No sé todavía que decir. Me resulta extraño pintar sobre blanco. El color de colores brillantes se da muy ien. Da gusto como queda el rojo o el rosa. Pero cuando veo la figura con el color base me resulta feísima. No me imagino que pueda quedar bien. Pero el resultado es tan bueno como imprimando en negro. Puede que mejor, aunque no sé todavía que decir.

Seguiré probando antes de juzgar.