miércoles, 10 de diciembre de 2014

Moros y Cristianos

Nuevamente se ven las caras los feroces cristianos norteños con los ejércitos de una Taifa sin concretar.
No fue un escenario preparado sino un enfrentamiento para "calentar" y hacernos con las reglas un poco y con los dos ejércitos y sus particulares modos de combatir.

Ambos ejércitos alineaban tropas muy similares. Muchos jinetes armados con jabalinas y unidades de infantería apoyadas por arqueros en sus filas. La diferencia estuvo en sus unidades de élite. Los cristianos contaban con una unidad de caballeros pesados capaces de hacer cargas a lo bestia, mientras que los moros tenían una unidad de excelentes jinetes y jabalineros que fueron una auténtica pesadilla.

En el bando moro también una unidad de mercenarios cristianos muy apropiada para ambientar la batalla acorde al período de las Taifas.

Todo dispuesto para asistir a una memorable jornada de pullas y empellones:




Los mercenarios cristianos del lado musulmán avanzan por el flanco izquierdo:


Por el flanco derecho avanza la caballería ligera bereber:



El gran error del día: Los bereberes se dejan atacar por el flanco por los mercenarios vascos emergiendo del bosque. Mientras los jinetes cristianos cargarían contra la otra unidad bereber. Esta decidió disparar y huir en finta, pero se pasó en la huida y salió del tablero. Los cristianos cambiaron de objetivo y se toparon con los otros bereberes que ya estaban ocupados defendiéndose de los vascos.

El resultado fue la completa eliminación del ala derecha mora.




Muy mala pinta en el ala derecha mora. La caballería noble completamente rodeada al haber perdido su apoyo de los bereberes.

Aún así se defendería muy bien y lograría arreglar la situación zahiriendo continuamente a sus adversarios y llegando a ponerles en fuga.

Para recordar. Estos tíos son muy buenos. Con una habilidad de combate y disparo de 4, su capacidad de fingir huidas y pudiendo reformarse después de mover, pueden volver loco a cualquiera.


Tropas ligeras disputándose el bosque:





Mercenarios cristianos aguantan la embestida de los caballeros ligeros. No lo lograron por mucho tiempo.


La infantería mora es mala. Pero en unidades grandes y profundas puede aguantar la carga de la caballería. Siempre que no sean los caballeros pesados con su carga feroz, que les hace huir irremediablemente.



El grave error moro al iniciarse la batalla se compensó con el error del cristiano que metió a sus caballeros en el bosque y estuvieron bregando por encontrar la salida muchos turnos que permitieron al moro reorganizarse.

La infantería estuvo midiéndose a distancia toda la batalla.


El clímax final llegó cuando los nobles moros tuvieron que acudir desde el flanco derecho al otro extremo para reforzar. Las dos unidades de élite se encararon llegando al combate personal del emir con el caudillo cristiano.

Pero esta no es la forma de lucha para la que los moros están preparados. En cuerpo a cuerpo, los caballeros cristianos no tienen rival.

Con la huida de los nobles moros y su general con ellos todo el ejército moro se dió en desbandada.


¡SANTIAGO Y CIERRA ESPAÑA!



Como conclusión: Llevamos tres batallas jugadas y siempre han perdido los moros. Vale que en alguna nos habíamos pasado alineando caballeros pesados cristianos. Pero tenemos que pulir un poco las tácticas de los moros o equilibrar un poco los escenarios.

Por mi parte que jugué con los moros y tuve el mérito de cagarla con los jinetes bereberes, estoy deseoso de volver a coger el estandarte musulmán y poner en su sitio a esos zafios del norte. Mientras me retiraré a mi serrallo a meditar.




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