jueves, 26 de julio de 2018

Duelo a muerte en Voltar V

Las tardes de verano son largas cuando tienes 7 años y estás de vacaciones. Hay días que apetece algo distinto de tanta piscina. Hace mucho que mi hijo se venía fijando en las figuras de robots y titanes que hay por mi despacho sin dejar de insistir. ¡A ver cuando jugamos a los robots!
Así que dicho y hecho. Un paso por el club para montar un escenario de ciudad y revisitar el viejo "Adeptus Titanicus"

Vamos a jugar un escenario introductorio. El clásico "duelo" entre dos enormes titanes.

"Adeptus Titánicus" funciona de maravilla en este formato y en pequeñas escaramuzas de titanes enfrentados en una ciudad devastada. Y resulta muy divertido meterse en la piel de la tripulación de un titan tratando de sobrtevivir y salir victorioso. No otra unidad más tratando de lograr la victoria. Tu pellejo. Tu máquina. Cuanto estás dispuesto a arriesgar por ganar. 

Explicar cómo se juega es fácil. Dar ordenes: disparo, avanzar, cargar o reparar. Tienes un cañon laser en el brazo un puño de potencia y un lanzamisiles y cañón de plasma en los hombros. Yo miro las tablas. Tu piensa dónde esconderte y cómo sorprenderme. Tus escudos de potencia están a pleno rendimiento. Imagina que vas en la cabeza del robot a los mandos. Poco más hace falta.

Generamos las tripulaciones y ambas resultan ser experimentadas con un re-roll cada una.

El pequeño cadete se pone a los mandos del titan rebelde.


A sí que dos titanes Warlord clase Death Bringer se encuentran de patrulla en medio de la ciudad.
Ambas tripulaciones ven clara la oportunidad de batirse en duelo y tratar de añadir otra marca a su honroso historial.
Los dos titanes frente a frente. Como dos pistoleros del oeste en un polvoriento callejón. Pero el escenario es en un futuro oscuro y decadente allá en las estrellas.


El Death Bringer imperial toma la iniciativa y sale de su cobertura para entrar en alcance corto.



Los dos titanes intercambian fuego a quemarropa parapetados en la esquina de un edificio. Ambos están fuertemente armados y a corto alcance son letales. El rebelde dispara el cañón laser y el multilauncher consiguiendo deshacer los escudos del titan imperial. Finalmente remata la faena disparando en fuego sostenido el cañon de plasma pesado que logra cojer en su chorro de fuego al titan imperial con los escudos caídos.

El "princeps" del imperio evalúa si sobrecargar los escudos para ahorrar la entrada de daños. Pero es una maniobra peligrosa.

Así que decide apretar los dientes y aguantar. Puede que pierda algún arma o sistema. Pero tendrá escudos que reparar para retirarse y retomar fuerzas... eso es lo que cree.

Inmediatamente escucha un estampido seco seguido de un inconfundible zumbido declinante... El generador de escudos ha caído. Inmediatamente después siente un abrasivo ardor en todo su cuerpo. Por unos instantes, puede que segundos, pierde la visión y el conocimiento. Nota como los calmantes fluyen por sus arterias impulsados desde los tubos de conexión en cabina. Y el dolor se transforma en un reconfortante calor y un momentáneo bienestar. Ha resultado dañado el brazo derecho pero no hay más daños. Lo peor son los escudos.

Desesperadamente, dispara sus armas. Aún están todas intactas. Y en cuerpo a cuerpo los cañones de plasma de los hombros deberían abrir camino entre los campos de potencia enemigos para luego rematar con el cañón de defensa pesado del brazo izquierdo.

Pero no es así. El plasma llena el aire pero no logra acertar en el titán rebelde. Y el cañón defensivo no provoca sino la caída de un simple escudo.

El "princeps" imperial decide retirarse. Sin escudos es una locura aguantar la posición. Tal vez el rebelde le persiga y aún pueda darle una sorpresa. Pero el brazo dañado, el de la sierra mecánica de cuerpo a cuerpo no logra repararse. El "princeps" insiste y acciona el sistema de alivio de presión. (Utilizo un re-roll para volver a intentar reparar) Estallan chispas por toda la cabina. Los sistemas de reparación automáticos malfuncionan y los actuadores del brazo se queman. (Hay días que mejor haber visto una película que ponerse a tirar dados, para regocijo del jóven aprendiz...) Hay que huir. A tan corto alcance y sin arma de cuerpo a cuerpo el rebelde puede destrozarle con su puño de combate.


El titan rebelde le persigue . La distancia aumenta y el perseguidor está en largo alcance. A esta distancia sólo le preocupa el cañón de plasma disparando en "maximización".

Pero hoy los dioses oscuros se han conjurado contra el imperio. Y hasta una salva de misiles bien dirigida es capaz de hacer daños críticos por improbable que resulte en todos los códices de estrategia y táctica titánica.

De una tacada el titan imperial pierde el otro brazo y un hombro. El duelo está perdido. El titán rebelde sólo ha perdido un escudo por una malfunción. Pero está intacto y con cinco escudos arriba. Sólo queda tratar de evadirse y alcanzar las líneas propias para intentar reparar el destrozado titán.


¡VICTORIA PARA LOS ENEMIGOS DEL EMPERADOR!


Aunque no es una campaña, calculamos experiencia. Ambos bandos reciben un punto de experiencia por sobrevivir a la batalla. He aquí la recompensa a huir y no morir. Esta tripulación ha aprendido a no forzar la máquina y tener cuidado a corto alcance frente a un Death Bringer.

Ninguno ha logrado un "derribo". Así que en puntos de victoria resultado decisivo para la orden rebelde. Puntos de honor en la campaña y futura "vendeta" entre dos tripulaciones que se odian a muerte.

En términos de experiencia un empate. Eso sí, el maestre de la orden se pondrá furioso al ver llegar a su titán destrozado y sin puiezas de recambio en el almacén. Sin puntos de honor por no haber ganado ninguna batalla ¿con qué argumentos pedir recambios al emperador?




Ahora que ya sabemos jugar, esto no acabará aquí...



4 comentarios:

  1. Bravo por el joven cadete seguidor de los dioses oscuros! Qué Horus escuche la historia de su victoria!

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    Respuestas
    1. ¡Eso!
      ¿Hasta cuando las largas y letales garras de las PlayStation o Xbox podrán evitarse?
      ¿Hay hobby más allá de nuestra generación?
      ¿Serán nuestro hijos capaces de pasar horas pintando figuritas cuando pueden vivir emociones más fuertes cómodamente delante del monitor?

      Como decía Dylan, "The answer is blowing in the wind"

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  2. Con una narración así, dan unas ganas locas de jugar David!!!����������������

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