lunes, 18 de diciembre de 2017

Iberos y Romanos.

De nuevo se ven las caras dos encarnizados enemigos. Las tribus íberas frente a la maquina de guerra de la república de Roma, con sus tres líneas de manípulos y acorazada hasta los dientes.
Ambos ejércitos ya se conocen y saben que los legionarios son intratables en cuerpo a  cuerpo y que su punto débil son las alas de caballería romana.

Los íberos han tratado de llevar a las legiones a un terreno lo más querado posile. Pero sólo hay un pequeño bosque en el que esconderse.


Ya desde el inicio las legiones se lanzan al ataque mientras la caballería se queda retrasada cerrando las alas y la retaguardia de los romanos.


Los íberos retroceden hostigando con jabalinas a los legionarios. Las bajas son constantes entre los hastati de primera fila. Pero no suficientes como para pararles o debilitarles. Sus armaduras y enormes escudos son tremendamente eficaces.

Mientras, los íberos siguen maniobrando intentando envolver a las legiones.

La caballería romana es puesta en fuga en la retaguardia. pero sólo por un momento, reagrupándose de nuevo lista para otro combate con la caballería íbera.


Los romanos deben deshacer sus líneas para evitar ser completamente rodeados.


Cuando los romanos rompen sus líneas y el apoyo de los manípulos, los íberos se deciden a atacar. Pero hoy los dioses no están con las tropas hispanas y una vez más las armaduras y escudos de los legionarios rechazan todos los ataques y terminan por imponerse.

Incluso la caballería pesada íbera resulta derrotada por los romanos en la retaguardia. Pese a la superioridad de los hispanos a caballo, hoy los romanos, dirigidos por su prefecto de caballería saldrán victoriosos.


De nuevo la mesa se les ha quedado un poco pequeña a los iberos que no han podido maniobrar en uno de los flancos con la caballería. Pero de todas formas los combates han sido ganados claramente por las legiones cuando ya los íberos habían decidido que era el momento de atacar.

Hastati ya muy debilitados y sin apoyo han sido capaces de rechazar el ataque. Con algo de suerte y corage romana, no ha habido nada que hacer.

Otra victoria para las armas romanas.

2 comentarios:

  1. Parece que los iberos no pueden imponerse si no cuentan con la ventaja del terreno.
    Gran informe!

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  2. En efecto. Los íberos necesitan bastante suerte. De todas formas estamos abusando, creo, algo de los legionarios hiperacorazados. Igual tenemos que quitarles algo de armadura y tengan que apoyarse más en las filas de atrás.
    Pero todo es ir cogiéndoles el tranquillo.
    Estoy seguro de que con el tiempo serán una máquina de destrucción masiva.

    Un saludo.

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