Él pone los imperiales y Jose Carlos sus impresionantes hordas del Caos.
Aunque Warmaster es un juego pensado para figuras de 10mm representando enormes batallas, tanto Ángel como Jose Carlos necesitaban un escenario grande para poner en la mesa figuras.
Como las partidas de Warhammer 3era. ed. son farragosas y más aptas para pequeñas escaramuzas y juegos narrativos, hemos rescatado el Warmaster jugando con figuras de 25-28mm.
La partida fue bien. Las reglas sin atascos reseñables. Warmaster es un juego correcto. Más impersonal que Warhammer. La magia un poco sosa. Pero la partida duró los 8 turnos previstos en unas tres horas aproximadamente.
Hemos usado las reglas de Warmaster Ancients. Nos gustan más ya que limitan la cantidad de veces que se puede perseguir, beneficiando a las tropas menos poderosas. Sobre todo considerando que cuando se pierde el primer combate, generalmente la unidad vencida está perdida.
Angel trabajó un poco el trasfondo:
"EN BUSCA DE
OLVIDIUS.
Gamli el mago está
preocupado. Hace tiempo que no tiene noticias de su maestro, al
anciano archimago Olvidius.
Olvidius vive
retirado en su ruinosa torre enclavada en el solitario y peligroso
Bosque de Los Lamentos desde hace décadas, dedicado al profundo
estudio del conocimiento de las fuerzas arcanas, alejándose de los
consejos que dio en su juventud a su aventajado discípulo.
Gamli habló hace
tiempo con el conde Lothus Feber, haciéndole saber la necesidad de
llevar a Olvidius de nuevo a la ciudad. Ya que sus conocimientos
podrían ser peligrosos, al igual que los volúmenes mágicos que
atesora en su ruinosa torre, si cayeran en manos inapropiadas.
En principio, el
conde no hizo mucho caso de las palabras del mago, al que veía más
bien como una persona molesta y metomentodo. Pero desde hace meses
Lothus está preocupado y empieza a considerar las advertencias de
Gamli.
Le han llegado
historias de campesinos de la zona a cerca de extrañas criaturas,
terribles lamentos y espesas nieblas que surgen de la nada, así como
la aparición de infectas charcas que antes no existían en esa zona,
haciendo del Bosque de Los Lamentos un lugar más lúgubre de lo que
ya era.
De hecho mandó hace
semanas a varios exploradores para que comprobaran la situación
sobre el terreno, y averiguar se Olvidius se encontraba a salvo. Pero
ninguno de los tres primeros exploradores volvió a dar señales de
vida.
Ayer regresó el
cuarto atado a su montura, o mejor dicho lo que quedaba de él. Sin
piel, con extraños signos grabados a fuego en sus músculos al
descubierto, sin lengua, sin manos, y con una expresión en sus ojos
muertos en vida que hablan de horrores y tormentos que no son de
este mundo.
Gamli comprobó los
restos del pobre explorador, observando con atención los signos
grabados, asustado susurró una sola palabra. ¡Caos!.
El conde movilizó
una parte de sus tropas para buscar a Olvidius y erradicar cualquier
abominación que encontraran. Gamli se ofreció a acompañar a las
tropas del conde.
Los orgullosos
caballeros no pueden siquiera imaginar los posibles horrores a los
que se enfrentan, y el resto de la tropa piensa que es una misión
más de exploración para acabar con unas bandas de asaltantes o de
goblins que se ocultan en el bosque.
Gamli sospecha a
lo que se pueden enfrentar, sabe que su maestro ha estado estudiando
hechizos y libros prohibidos, y sólo Sigmar sabe que fuerzas ha
podido desatar, fuerzas que tal vez lo hayan esclavizado o acabado
con él. "
La partida se decidió en el último turno cuando los imperiales derrotaron a un número suficiente de unidades para hacer huir al Caos. De otro modo, el Caos era el dueño del campo al haber tomado las ruinas de la fortaleza que era vital en la batalla.
(Comentario-disculpa: Que fotos tan malas hace mi teléfono)
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